Masaya, corazón de la resistencia

“¡Cayó Monimbó!”, aquel 17 de julio desde tempranas horas recibí mensajes de alerta, unas 40 camionetas repletas de fuerzas para policiales se dirigían a Masaya. Querían derribar uno de los último bastiones de la resistencia, querían arrasar con el heróico barrio indígena.

Masaya está situada a 28 kilómetros al suroeste de Managua, capital de Nicaragua. Sus pobladores no dudaron en salir a las calles a protestar el 18 de abril, ante las reformas del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social, que quería imponer el régimen de Daniel Ortega.

La respuesta de la dictadura fue generalizada en todas las ciudades del país. Una represión sangrienta de parte de la Policía Nacional y turbas sandinistas, que hasta el día de hoy, dejó más de 300 personas asesinadas, más de 500 presos políticos y miles de heridos.

Masaya, 9 de junio de 2018


Lo cotidiano, las barricadas

Iniciadas las protestas aparecieron las primeras barricadas en Masaya, como forma de autodefensa ante los ataques de fuerzas combinadas de la Policía Nacional y fuerzas para policiales pro gobierno.

Nacieron así, dos símbolos de resistencia, para quienes protestan contra el régimen de Daniel Ortega en Nicaragua. Las barricadas y el barrio indígena de Monimbó, que al igual que contra la dictadura Somocista, se atrincheraron para repeler los ataques de fuerzas para policiales sandinistas, balas de alto calibre contra explosivos artesanales.

Masaya, 10 de junio de 2018

Sopa de frijoles en una barricada en el barrio de Monimbó. Masaya, 7 de junio de 2018

Masaya, 2 de junio de 2018

Durante varios días, el barrio indígena de Monimbó vivió entre barricadas. Los pobladores protestaban en contra del gobierno de Daniel Ortega, fue el último lugar de Nicaragua en resistir con barricadas en sus calles. 1 de julio de 2018

Masaya, 10 de junio de 2018

Masaya, 4 de junio de 2018


Las batallas

En junio, dentro de la ciudad de Masaya se habían levantado aproximadamente 300 barricadas. Todos los accesos de la ciudad estaban controlados por los protestantes. En las calles principales, para llegar al centro de la ciudad, había que caminar y sortear decenas de barricadas.

Para esta época Masaya era una zona de conflicto. Con la ciudad totalmente atrincherada los pobladores vivían diferentes realidades. Las barricadas de la periferia en constante alerta de ataques de las “camionetas de la muerte”. Las calles del centro, cercanas al edificio de la Policía de Masaya, una auténtica zona de guerra. A pocas calles de ahí, las familias aprendían a vivir entre las barricadas.

Juan Bosco Rivas Martínez fue herido de bala el  21 de abril durante las protestas en Masaya. La bala quedó alojada en su cráneo. 23 de Mayo de 2018

Masaya, 2 de junio de 2018

Los heridos eran trasladados en motos a puestos médicos clandestinos, Masaya 2 de junio de 2018

Enfrentamientos en la calle de la Iglesia de San Miguel, 9 de junio de 2018

Los heridos eran atendidos en puestos médicos clandestinos. Masaya 9 de junio de 2018

Masaya, 21 de junio de 2018

Masaya, 7 de junio de 2018

Los rebeldes de Masaya se defendían de los ataques de la policía nacional y grupos parapoliciales con explosivos artesanales. Hacían "morteros" de diferentes tamaños. El más grande lo bautizaron "El Niño". También hicieron bombas de contacto, explosivos artesanales que explotan al ser lanzados contra una superficie sólida, los mismos explosivos que los indígenas de Monimbó utilizaron para luchar contra la dictadura de Somoza en los años 70.

Masaya, 2 de junio de 2018

Masaya, 18 de junio de 2018


La iglesia

Organismos de Derechos Humanos y la Iglesia Católica jugaron un papel importante en la mediación entre manifestantes y policía nacional. En la foto, el sacerdote Edwin Román escolta a una persona que era acusada de ser un infiltrado, entre los protestantes. Fue llevado a la estación policial y entregado al comisionado Ramón Avellán.

En la foto, el sacerdote Edwin Román escolta a una persona que era acusada de ser un infiltrado entre los manifestantes. Esta persona fue llevado a la estación policial y entregado al comisionado Ramón Avellán.

Masaya, 21 de junio de 2018. Obispos visitan Masaya durante un ataque de fuerzas parapoliciales contra las barricadas de la ciudad.

Masaya, 2 de junio de 2018. Liberan a protestantes detenidos por la policía nacional.

Masaya, 21 de junio de 2018

Masaya, 21 de junio de 2018

Masaya, 21 de junio de 2018. Los obispos son recibidos por el comisionado de la policía, Ramón Avellán.

Iglesia de San Sebastián, frente a la placita de Monimbó, 13 de Mayo de 2018


Masaya, 10 de junio de 2018

La ciudad resiste

Los masaya resistieron hasta el último momento. Su entrega y sacrificio para presionar al régimen era admirable. Sabían que la dictadura había armado grupos paramilitares, y que pronto ese ejército alterno iba a llegar a atacarlos. Aprendieron a vivir sin autoridades, a colaborar entre todos por una sola causa.

Masaya, 10 de junio de 2018

Masaya 10 de junio de 2018

Masaya, 1 de Julio de 2018

Grupos de jóvenes médicos y estudiantes voluntarios se organizaron para atender heridos en puestos de salud clandestinos.

Masaya, 7 de Julio de 2018

Masaya, 10 de junio de 2018

Masaya, 21 de junio de 2018

Masaya, 21 de junio de 2018

Dos cadetes del Ejército de Nicaragua fueron interceptados en una de las barricadas saliendo de Masaya. Los jóvenes negaban ser del ejército, pero una libreta con apuntes de sus clases, los delató. Los manifestantes los acusaban de haber participado en los enfrentamientos mezclados con la policía nacional, 10 de junio de 2018.


La "operación limpieza"

Al menos tres personas murieron el 17 de julio de 2018, cuando las fuerzas paramilitares ejecutaron la “operación limpieza”, con el propósito de derribar las barricadas ubicadas en el barrio indígena de Monimbó. El ataque duró más de cinco horas, en las que los paramilitares dispararon con armas de guerra en contra de los manifestantes, que al final, fueron obligados a replegarse.

Monimbó, 18 de julio de 2018

Monimbó, 18 de julio de 2018

Cayeron las barricadas, pero la resistencia continúa. Paramilitares y miembros de la policía nacional mataron sin piedad, y la persecución contra quienes participaron en las protestas no ha cesado. Los cuerpos de los protestantes yacían tirados en las calles, madres lloraban pidiendo auxilio para rescatar con vida a sus familiares, y otros, eran trasladados a puestos de salud improvisados. La policía y las “camionetas de la muerte” barrieron todo. Dispararon contra mujeres y niños. Algunos se exiliaron, pero los pobladores de esta ciudad no me dejarán mentir ¡Masaya sigue más viva que nunca. Sigue siendo rebelde!

Monimbó, 18 de julio de 2018

El cortejo fúnebre de Josué Rafael Palacios Aguilera, un carpintero de 33 años, abatido el 17 de julio, se realizó con la presencia de los paramilitares en todas las calles de Monimbó. Murió de un disparo en el estómago, desangrado, porque a los familiares se les impidió socorrerlo y recoger el cuerpo del muchacho.

Monimbó, 18 de julio de 2018


Este trabajo fotográfico es parte de la exposición colectiva y multimedia: El Estallido de Abril en Nicaragua, de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro.


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